Escape Romántico en el Hotel Rio Celeste Hideaway

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Catarata Río Celeste

Catarata Río Celeste

Escape Romántico en el Hotel Rio Celeste Hideaway

 

El Hotel Río Celeste Hideaway nos esperaba. Estaba ansiosa por llegar y lucirle esta joya a mi pareja, quien exploraba esta parte de Costa Rica por primera vez. Mientras manejábamos, efusivamente le hablaba de las bellezas de las zonas aledañas y mi última estadía. Giramos hacia la entrada del hotel e inmediatamente nos dieron la bienvenida mientras nos bajábamos del carro, toallas refrescantes y un coctel tropical. ¡Paraíso! La decoración balinés y el verdor en la recepción nos recibían.

 

Cruzando un puente colgante sobre Río Celeste

Cruzando un puente colgante sobre Río Celeste

 

Las habitaciones eran aún más lindas de lo que recordaba, espaciosas, con balcón privado, un baño inmenso, y mi característica favorita, la ducha externa rodeada de un hermoso jardín. Quería hacer la corta caminata hacia Río Celeste dentro del hotel. Era un poco después del almuerzo, y empezó a lloviznar. Regresamos por capas impermeables y dudábamos si volver a salir, pero dije, es el bosque nuboso, ¡vamos! Entramos al Sendero Armadillo y en pocos minutos la lluvia había cesado y la luz del sol se filtraba por los árboles, qué bueno que nos tomamos el chance. Luego de una corta caminata estábamos sentados al borde del río, escuchando los sonidos calmantes del agua e inhalando el aire fresco y limpio. Lo que seguía en la agenda era un masaje de parejas. Los terapistas que nos atendieron usaron aceites esenciales para darnos masajes relajantes que nos dejaron somnolientos y nos tomamos una siesta hasta la hora de la cena.

 

El hotel nos había recomendado hacer la caminata dentro del Parque Nacional Volcán Tenorio temprano en la mañana ya que las oportunidades de ver fauna eran mejores. Tomamos un desayuno temprano y salimos como a las 8 de la mañana. Nuestro guía nos mostró como cambiaba la vegetación en el sendero de bosque lluvioso a bosque nuboso, conforme nos íbamos adentrando y subiendo en altitud y las copas de los árboles se tupian más sobre nosotros. Sus oídos expertos nos llevaron a ver aves y sus ojos a encontrar insectos desde los más pequeños. Si quieres una caminata corta y gratificación instantánea puedes ir directo a la catarata. Si quieres adentrarte un poco más, pasando geisers y llegando a los “Teñideros”, donde dos ríos que llevan diferentes minerals se unen, vale la pena. Si crees que las fotos que ves en revistas han sido alteradas, aquí te das cuenta que verlo en persona es aún más impresionante. Al dar el recorrido completo y regresar, eres premiado con una poderosa cascada de líquido azul claro bordeada de vegetación verde oscuro.

 

Teñideros, donde se unen dos ríos

Teñideros, donde se unen dos ríos

 

De regreso al hotel, todavía emocionados por la caminata, tomamos una ducha y decidimos aprovechar el área de piscina y jacuzzi. La brisa fresca se sentía refrescante y de repente nos preguntaban si queríamos tomar algo. Por supuesto, cocteles cerca de la piscina luego de una enérgica caminata. Era otra noche romántica, y nos esperaba otra cena en el Restaurante Kantala. Vino acompañado de salmón envuelto en prosciuto en una cama de lentejas, espinacas y espárragos. Combinación increíble de texturas y sabores. Servicio atento, entorno exuberante y mi compañero a mi lado, una de las mejores escapadas románticas que hemos tenido.

 

Romance en Río Celeste

Romance en Río Celeste

 

Artículo y fotos por Katie Widdowson
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